Gorra roja

Le decíamos la abuela, aunque únicamente tenía 26 años, debido a que después de haber adoptado en su matrimonio gay, dos vietnamitas de 16 años, resulto haber adoptado 4 vietnamitas, debió ser la falta de condones porque los habían exportado todos a américa, quiza lo mismo han hecho los chinos y los indios y por eso anda el mundo tan sobrepoblado.

Nunca le he visto el made in china a ningún condón, pondré más atención antes de colocarme otro.

Johan, la abuela, era la mujer de la relación.

En el día de los disfraces se le ocurrió vestirse de rojo, usar una gorra roja y una capa, se afeito bien las piernas y la cara, se organizó las tetas con un sostén rojo, se escondió el paquete y se puso sus tacones puntudos, a simple vista, con un gran nivel de miopía cualquiera pudiera decir que se trataba de una hermosa mujer,  y si le agregamos una sordera responsable, el miope podría estar descubriendo el paquete incorrecto con el sentido que al final siempre nos dice la verdad, el tacto.

Era la fiesta de disfraces cerca del jardín botánico de Medellín, iban toda clase de animales.

Un día le llegó vía facebook la invitación al evento, iba a haber mucho licor y mucho ambiente, debido a que su marido, el cacorrete de la relación, estaba en un viaje de negocios, no le quedaba otra que ir con las amigas y dejar a las niñas solas al cabo hasta ahora no les había entendido nada, la relación se limitaba a alimentarlas y a llevarlas a pasear y a ver televisión vietnamita, o películas chinas de artes marciales con subtítulos, las patadas resultan siempre un lenguaje universal.

La fiesta empezó a horas elevadas de la madrugada, unos policías musculosos estuvieron haciendo el stripteas para darle un toque sensual a la noche, el popper no se hizo esperar y la droga llegó justo a tiempo, frente al espejo con la gorra roja se decía uy malparida como tenes los ojos de grandes, !Qué hijueputas ojeras! esas vietnamitas no dejan dormir es ni mierda, no haber nacido vieja de verdad, pa' no tener estás orejotas y que pelo el que me sale de la nariz tan grande, ¿Y esto para qué? Esta faja me está matando.

En esas entra una lesbi al baño, hola! Qué más amiguis?! !Cómo te quedan de bien esas sandalias! Hay gracias! (Bla, bla, bla chachara de viejas y chisme), como la otra era el man de la relación, se entendieron muy bien.

Ya iban siendo las 4 am, tenían varias grados de alcohol encima, varios gramos de cocaína y unas ganas de miar las hijueputas, y como habían cerrado el antro, y gorra roja no podía orinar junto a un muro porque perdería su feminidad y Lucas (Así se llamaba la lesbi, también le pueden decir pedro o n o picoro) no se iba a poner a mixionar sentada, perdería su masculinidad, así que quedaron en ir a casa de él a orinar, se fueron a pie porque quedaba arribita no más, llegaron a la casa de él y él sin preámbulos le mando la mano al trasero.

Ay! pero yo soy casada!

Y en la oscuridad del sitio Lucas le soltó el verbo más mágico nunca antes escuchado y se dieron un beso, y se desnudaron, después de media hora de hacer, en esta parte no sé explicarme, podría decir que estaban mamando gallo, Gorra roja dijo: esto no va a ningún lado y desenfundo el paquete, por aquella noche la abuela fue Johan y Lucas volvió a ser Luisa (Entonces él fue ella, ella él y viceversa en el mismo sentido pero de manera contraria, hombre con hombre mujer con mujer..., hp yo si sabía que la frase de la señorita Antioquia era coherente en algún contexto jajaja).

Fumando un marigüano, exhalando el humo sin pensar en nada más, después de un coito de lujo gorra roja le pregunta:

- Tengo una duda, si era una fiesta de disfraces ¿Usted porque no tenía uno?

- Ahhh tenía una máscara de lobo, me la quite porque me estaba asfixiando antes de entrar al baño - respondió Lucas.

Las ganas de cumplir de Jack.