Mentes sin amarras es un blog que nace de la búsqueda de la creatividad y del deseo de no dejar perder aquellas ideas que tocan de vez en cuando la mente y se van debido a la falta de un lugar para quedarse. Mentes sin amarras es el lugar para cualquier idea, pensamiento o escrito que ronde por ahí en las mentes de los autores.

viernes, 28 de octubre de 2011

Dejó de ser humano, dejó de sentirse autopista.

Nota: Pido disculpas por la falta de compromiso, ni siquiera la foto es mia.




Narrado por el perroidre, parte I:

Nací perro, o al menos eso fue lo que me dijeron, a mi la verdad, no me consta, tenía cuerpo de perro, eso si es verdad, digo tenía porque ya soy más como… Bueno no sabría con qué compararme.

Él nació humano, tampoco me consta, fue lo que me dijeron, pero cuando lo conocí, lo conocí humano, y efectivamente tenía cuerpo de humano. Se llama así mismo de muchas formas, a veces dice: “mucho gusto, disco compacto”, “mucho gusto, nevera”, “mucho gusto, sala comedor", “mucho gusto, sanitario corona”, pero la verdad es que se llama autopista 34.

Es mi esclavo, o mi amo, -no me va mucho eso de los roles-, pero tiendo a creer que es más un esclavo porque trabaja para darme comida, me saca todos los días, me consiente, me cuida, me cobija cuando me voy a dormir, en fin.

Entiendo su idioma, pero no lo hablo, tampoco es que me guste de a mucho.

Lo que si me gusta, y esto es completamente real, es abrazarlo, se preguntarán como hace un ¿perroidre para abrazar su esclavo? Bueno básicamente todo comienza por las miradas, yo lo miro, él me mira, luego le guiño el ojo, él me guiña el ojo, y en realidad todo se vuelve un juego, yo abro la boca, él abre la boca, yo pongo cara de serio, él pone cara de serio, y finalmente yo muevo la cola y el no mueve la cola, porque no tiene cola, entonces para intentar compensar el no poder mover su cola me abre los brazos como en señal de: "ven para acá" y yo entiendo que lo que se sigue es mi abrazo. Él me abraza, yo lo abrazo y a la final los dos terminamos a gusto y bien abrazados.

Dicen que no tiene sentimientos, pero eso es porque no lo conocen como yo lo conozco, o quizás solo tenga sentimientos para los perros y perroidres.

Físicamente no es igual al resto, su cambio es debido a un accidente. Nos habiamos ido de vacaciones. Él se había ido siendo humano. Se había ido a visitar a un amigo en Idaho, no era muy dado a las emociones fuertes, para se sincero era más bien aburrido.

Una vez estuvimos allí, su amigo Perry Michaels, había comenzado a insistir con la idea de que se diera el gusto de sentirse vivo, había comenzado a insistir con la idea de que practicaran base jumping desde el puente perrine allí, en Idaho.

Perry Michaels era un gringo de descendencia Irlandesa, y siempre había practicado los deportes extremos, había comenzado con sky diving y ahorita vivía su momento en el base jumping, convenció a Autopista 34 de que ya estaba lo suficientemente grande como para no haber vivido una sensación que lo llevara al extremo y que él no iba a permitir que partiera su tren sin haber vivido lo de la sensación extrema, en lo que a mi respecta Perry estaba loco.

Y así fue, allí estábamos, esperando que Autopista 34, se tirara del puente Perrine en Idaho, y lo hizo, se lanzó al vacío, y todo estuvo perfecto, el paracaídas abrió, él planeó, aterrizó. En la dirección contraria venía un conductor embriagado, venía fugado por haber atropellado una persona unos kilómetros atrás, venía descuidado, venía pensando en todo, venía pensando en nada, estaba distraído y arolló a Autopista 34.

Tuve un colapso, no sabía qué hacer, estaba desesperado, ladraba, aullaba, hacía incluso hasta como una gallina, -porque así era como se sentía-, una total y absoluta gallina, tenía susto, no lo voy a negar, sabía que si Autopista 34 moría, me tendría que ir a vivir a un lugar de acogida, sabía que si Autopista 34 moría, me iba a quedar con el corazón destrozado.

Lo llevamos a un hospital, Perry estaba en shock, tuve que manejar, entró por urgencias, no sé quien lo atendió, tampoco me importó, lo único que quería era que Autopista 34 continuara vivo.

No lo podían dejar morir, Autopista 34 era alguien importante, era presidente de gran parte del mercado bursátil. Yo estaba en shock, Perry estaba en shock, el mundo entero estaba en shock. Dijeron que lo podían salvar. Yo estaba a la expectativa, Perry estaba a la expectativa, el mundo entero estaba a la expectativa. Televisaron la cirugía, y se confundía la realidad con la ficción, la gente nunca antes había visto algo más intrigante, que despertara más ansias, que la cirugía a corazón abierto del presidente de gran parte del mercado bursátil. Era un momento en que la realidad superaba la ficción.

Tenía quebrados cien, de los doscientos huesos que tiene el esqueleto de un humano adulto. Tenía quebrado hasta el culo.

Mi Autopista 34 sobrevivió, el mundo entero aplaudió. Pero Autopista 34 dejó de sentirse humano, dejó de sentirse persona, dejó de sentirse frágil, Autopista 34 ese día dejó de sentirse autopista.

Estuvo en cama convaleciente, durante tres años, no le dolía el corazón, es que ya no tenía. No le dolían los pulmones, ni los cien huesos que se había quebrado, es que ya no los tenía, ni siquiera el culo le dolía, porque tampoco tenía.

Fueron tiempos duros, yo vivía sin abrazos, el estaba enyesado, no podía moverse, tuve que aprender a salir a pasearme solo, salía con collar, salía con la placa, y siempre salía con un paso apresurado, todo con el fin de que la gente creyera que mi mi Autopista, iba adelante.

Desde la cirugía ya han pasado varios años, mi esclavo, no es humano, eso está claro. Tampoco es autopista, pero aún así lo quiero y él me quiere a mí, yo soy su perroidre, y justo así es como me gusta.

5 comentarios:

Simongous dijo...

Leí ambas partes, y esta fue mi favorita. bonita historia, amé a Autopista 34.

Rupert dijo...

Autopista 34 fue muy buen personaje, se dejó tratar. Muchas gracias por el comentario, al parecer solo quedamos vos y yo Simongous.

Nancy Surreal dijo...

Las dos partes son geniales,me fascino la historia por la narración,los híbridos,la humanización y animalización.
Que perfecta es esa comunicación y el abrazo entre Lonchera y Autopista 34.

Rupert dijo...

Me imaginaba esos abrazos y después salía corriendo a abrazar a Don Choco. Gracias, Nancy. Esos escritos son para vos.

Nancy Surreal dijo...

Gracias a vos Travis por darme el placer de leerte